lunes, 26 de mayo de 2014

Tarta de chocolate con buttercream de Chocolate Kinder.






¡Hola, muy buenas a todos!

Hoy vengo con una receta muy, muy fácil, una sencilla buttercream de chocolate Kinder. ¿Una crema?, sí, una crema que podéis usar en cualquier tarta o dulce, rápida de hacer y muy versátil. Además, ahora están muy de moda como cobertura y decoración de cupcakes, pasteles o layer cakes.

Esta buttercream la he empleado en la tarta de cumpleaños de mi pequeño Mario. Como no podía ser de otra forma, para su cumple le preparé su tarta preferida, una "tata de tote", según su idioma, que traducido al castellano significa: una tarta de chocolate. Sí, sí ¡es un chocolatero sin remedio!, ¿a quién se le parecerá?....

Bueno, pues la tarta estaba hecha (digo estaba porque no quedaron ni las migajitas), de bizcocho de chocolate, calado con almíbar, rellena y recubierta con ganache de chocolate y decorada con una buttercream de chocolate Kinder. ¡¡¡Tooooodo "tote"!!!, como diría Mario.



Pero hoy me voy a centrar, como he comentado, en la decoración de la tarta, en la crema de mantequilla o buttercream.

Antes de ver cómo se elabora esta crema, vamos a diferenciar dos clases diferentes de buttercreams: la crema de mantequilla a la francesa y la crema de mantequilla a la inglesa.

La principal diferencia entre ambas es que la primera lleva huevo y la segunda no. Y la otra diferencia importante es la elaboración; siendo un poco más compleja de hacer la crema de mantequilla a la francesa que precisa de un almíbar, mientras que la crema de mantequilla a la inglesa es más sencilla y básicamente se compone de dos ingredientes: azúcar y mantequilla.



En este caso, nos vamos a centrar en la crema de mantequilla a la inglesa, más fácil y rápida de preparar. Me decidí a utilizar esta crema primero por su sencillez, segundo porque se trabaja muy bien con la manga pastelera y lo más importante, que aguanta perfectamente a temperatura ambiente, sin bajar, sin sudar y sin estropearse lo más mínimo. Como mi idea era que la tarta estuviese en la mesa durante todo el cumpleaños, estas características la convertían en la crema ideal para poder utilizarla.

Si además de lo anterior, sumamos que se puede combinar con innumerables ingredientes, colorantes y aromas, obtenemos una crema muy versátil, de prácticamente cualquier sabor y color, ideal para utilizar en cualquier postre que se nos ocurra.


Como se aprecia en las imágenes, la consistencia de esta crema permite hacer infinidad de dibujos con la manga pastelera, desde los más simples, hasta los más complejos. Ésto, finalmente, dependerá de vuestra imaginación y de la práctica que cada uno tenga con la manga pastelera.

Muy bien, sigamos con la receta de esta buttercream:

BUTTERCREAM O CREMA DE MANTEQUILLA DE CHOCOLATE KINDER

Utensilios: boquillas de estrella (o las que más os gusten) y manga pastelera. Batidora de varillas.
Tiempo de preparación: 10-15 minutos.

Ingredientes:                                     
  • 200 gr mantequilla en pomada
  • 200 gr azúcar glas
  • una pizca de sal
  • 7 barritas de chocolate kinder
  • una cucharadita de esencia de vainilla
Preparación:                                      
  1. Batimos primero la mantequilla unos minutos, muy importante que este blanda, en pomada.
  2. Seguidamente, añadimos el azúcar glas poco a poco y la sal. Dejamos batir la crema unos 5 minutos aproximadamente, hasta que adquiera un color blanquecino y la crema haya empezado a montar.
  3. Mientras tanto, derretimos las barritas de chocolate en el microondas, con cuidado de no quemarlas.
  4. A continuación, añadimos el chocolate a la mezcla (el chocolate no debe estar muy caliente) y la esencia de vainilla.
  5. Batimos otros 5 minutos y ya la tendremos lista.
  6. Por último, la colocaremos en la manga pastelera y podremos decorar nuestra tarta.
Notas:

Para obtener la consistencia adecuada de esta crema y poder manejarla con la manga, es imprescindible utilizar mantequilla. No valen otros sustitutos, ni margarinas ni cosas parecidas. Si no es así, ya no os garantizo que la crema salga bien.

Es importante, como he indicado, que la mantequilla esté a temperatura ambiente, en pomada, para facilitar el montado de la misma.

Otra cosa a tener en cuenta, es que el chocolate a pesar de que tengamos que derreteirlo, no debemos añadirlo a la crema muy caliente porque podría ablandar en exceso la mantequilla y no obtener unos resultados adecuados. Para ello, os aconsejo que derritáis el chocolate poco a poco, calentándolo cada 30 segundos, sacándolo cada vez y removiéndolo. Así, nos aseguramos de que no se queme y que no se caliente en exceso. Un truquillo, antes de añadirlo, poneos un poco en los labios y si no os quema, ya lo podéis incorporar a la crema.

Por último, comentaros que para este tipo de cremas no hay un tiempo determinado de batido. Cuanto más las batimos, más aire incorporamos a la mezcla y más montada estará; por lo que no debe daros miedo batir esta crema, cuanto más, mejor. 

¡Ah!, se me olvidaba, si por algún motivo preparáis la crema y no la podéis usar en ese momento, guardadla en el frigorífico. Cuando la vayáis a utilizar, debéis sacarla un rato antes. Si batimos una crema de mantequilla fría, se nos cortará; es necesario que esté a temperatura ambiente para volver a batirla y que recupere su textura original.

Conservación: puede conservarse en la nevera, en un recipiente hermético, durante dos semanas.


Bien, pues con ésto ya hemos terminado, espero que os haya gustado esta pequeña receta.

Sin nada más por el momento, me despido de vosotros ¡¡¡¡hasta pronto!!!!.



martes, 20 de mayo de 2014

Tarta de mousse de naranja y chocolate.













¡Ummmm!....

Hola de nuevo, hoy os traigo una tarta de mousse de naranja y chocolate. Toda una delicia, suave y con una textura muy delicada. Cada bocado se deshace en la boca, dejando un suave sabor a chocolate y un sutil aroma a naranja. Es un postre ligero y no excesivamente dulce.


Esta mousse de naranja es muy suave y nada amarga, se complementa perfectamente con el chocolate. Animo a todo aquel que dude un poco, a probarla, seguro que le resulta muy agradable al paladar. Y ahora, que comienza el calor, si la metemos un poco al congelador, tendremos un refrescante postre.


Esta tarta se compone de cuatro capas. La primera capa es un bizcocho genovés de chocolate, calado con almíbar, la segunda capa es una ganache ligera montada de chocolate que no es una mousse propiamente dicha, aunque su textura es muy similar. La tercera capa la forma la mousse de naranja y por último, una fina capa de cobertura de chocolate.

Presentada la tarta, veamos cómo prepararla y por último, cómo hacer el montaje de la misma. Manos a la obra.

TARTA MOUSSE DE NARANJA Y CHOCOLATE

Cantidad: esta tarta es para aproximadamente 14-16 raciones. Diámetro: 26 cm.
Utensilios: un aro de montaje o el aro de un molde desmontable. Una bandeja de horno para la plancha de bizcocho.

Ingredientes:                                       

Para el bizcocho:
  • 5 huevos grandes
  • 30 gr cacao puro sin azúcar
  • 60 gr agua hirviendo
  • 100 gr azúcar
  • 75 gr harina de repostería
  • 1 cucharada de postre de esencia de vainilla
Para el almíbar:
  • 250 gr agua
  • 250 gr azúcar
  • 25 gr de licor (anís usé yo)
  • Opcional: una cucharada de agua de azahar
Para la ganache ligera montada:
  • 150 gr chocolate con leche
  • 150 gr chocolate amargo (53% cacao)
  • 500 ml nata para montar (muy fría)
Para la mousse de naranja:
  • 100 gr zumo de naranja natural
  • 200 ml nata
  • 4 claras de huevo
  • 175 gr azúcar blanca
  • 4 hojas de gelatina
  • ralladura de 1 naranja
Para la cobertura de chocolate:
  • 80 gr nata
  • 120 gr azúcar
  • 100 gr agua
  • 40 gr cacao puro en polvo
  • 3 hojas de gelatina

Preparación:                                       

Primero prepararemos la plancha de bizcocho:

1. Cogemos la bandeja del horno y la cubrimos con papel vegetal. Si queremos, la engrasamos y espolvoreamos un poco de harina. Reservamos.
2. En un bol mediano, colocamos el cacao en polvo y añadimos el agua hirviendo. Removemos bien, incorporamos la esencia de vainilla y dejamos templar.
3. Pesamos y tamizamos la harina, junto con la sal. Reservamos.
4. Precalentamos el horno a 170ºC, calor arriba y abajo.
5. Cogemos un bol grande y mezclamos los huevos y el azúcar.
6. A continuación, colocamos un cazo con agua en el fuego y encima ponemos el bol con la mezcla de huevos y azúcar. Es importante que el agua no toque el fondo del bol, no debiéndose sobrepasar los 37º, para evitar que los huevos se nos puedan cuajar; por eso es importante que sólo el vapor toque el bol.
7. Comenzamos a batir los huevos a velocidad rápida, por lo menos, 5 minutos. Sin parar, para que la mezcla aumente su volumen.
8. Pasados estos minutos, retiramos el bol del cazo. Y ahora, sin calor, seguimos batiendo otros 6 minutos o hasta que suban al triple de su volumen. Este proceso, es muy importante, para que los huevos adquieran una consistencia adecuada y que al añadirles la harina, no se hunda la mezcla.
9. Retiramos 1/2 litro escaso de la mezcla de huevos y los añadimos a la mezcla de cacao.
10. Ahora, tamizamos la harina sobre la mezcla de huevos restante, haciendo movimientos envolventes con una espátula o unas varillas, sin mover en exceso.
11. A la mezcla anterior, ahora incorporamos el cacao y movemos despacio hasta que quede casi homogénea.
12. A continuación, volcamos la masa sobre la bandeja del horno que tenemos preparada y con ayuda de una espátula, la extendemos, cubriendo toda la superficie y procurando que quede lo más uniforme posible.
13.Colocamos la bandeja en el horno, a media altura, calor arriba y abajo y horneamos entre 15-20 minutos. Aunque como sabéis, siempre dependerá de cada horno. En cuanto veamos que la superficie del bizcocho está cocida, lo pinchamos con un palillo y si sale limpio, ya está listo. Lo dejamos enfriar.


Para elaborar el almíbar, seguiremos los siguientes pasos:
  1. Ponemos todos los ingredientes en un cazo, el agua, el azúcar y el licor. Sin parar de remover, lo llevamos a ebullición, dándole un fuerte hervor.
  2. Seguidamente, lo retiramos del fuego, lo tapamos con una tapadera y lo dejamos enfriar por completo para poder utilizarlo. Por lo que es necesario hacerlo el día antes.
  3. Opcional: cuando haya enfriado el almíbar podemos añadirle una cuchara de agua de azahar.
La ganache ligera montada:
  1. Troceamos el chocolate, bien con la mano o con un cuchillo de sierra. No es necesario que sean trozos muy pequeños. Lo ponemos en un bol mediano.
  2. Colocamos la nata en un cazo y lo ponemos en el fuego.
  3. En cuanto veamos que la nata va a romper a hervir, retiramos el cazo del fuego.
  4. Añadimos la nata, en tres veces, a los trozos de chocolate y movemos hasta que el chocolate quede totalmente derretido e integrado. Dejamos enfriar. Si queremos podemos añadir una cucharadita de esencia de vainilla.
  5. Una vez enfriada y en el caso en el que hiciera un poco de calor, la podemos meter 15 minutos al frigorífico antes de empezar a batir a velocidad media. Iremos viendo como va tomando un color más claro y poco a poco se va espesando. Seguimos batiendo hasta que al sacar la varilla, la ganache quede pegada a ella, con una textura parecida a la mousse de chocolate y reservamos en el frigorífico.

Notas:

Es importante la temperatura que tenga la mezcla antes de batirla, ya que si está muy fría, endurecerá y costará mucho montarla. Si por el contrario está caliente no espesará y se cortará.
Es necesario que está a temperatura ambiente o un poco enfriada en el frigorífico, pero que no endurezca.
Un truco: si se nos cortara la crema y vemos que queda grumosa y no monta, la metemos unos segundos al microondas y removemos con unas varillas. Cuando la tengamos de nuevo con una textura lisa, la dejamos enfriar y volvemos a montar.


Ahora veamos cómo preparar la mousse de naranja:
  1. Lo primero es colocar la gelatina en un cuenco con agua fría, hasta que se ablande, unos 5 o 6 minutos. 
  2. Ahora cogemos un cazo y ponemos a calentar la nata con la mitad del azúcar, a fuego medio. Mientras calienta la nata, rallamos la naranja y preparamos el zumo. Antes de que empiece a hervir la nata, la apartamos del fuego e incorporamos la gelatina, moviendo bien, hasta que quede bien integrada.
  3. Seguidamente añadimos, a la nata, el zumo de naranja y la ralladura. Pasamos toda la mezcla a un cuenco para que vaya enfriando.
  4. Ahora, vamos a batir las claras a punto de nieve. Un poco antes de que queden montadas, añadimos el resto del azúcar que teníamos reservada, en forma de lluvia, poco a poco.
  5. A continuación, incorporamos las claras a la mezcla de nata, con ayuda de una espátula, haciendo movimientos envolventes y con cuidado; para que las claras no bajen mucho.
  6. Utilizar lo antes posible.
Notas:

Lo ideal es utilizar la mousse nada más terminar de hacerla. Para ello, podemos tener la tarta a medio montar, con la capa de bizcocho y la ganache, a falta de incorporar la mousse de naranja.



Cobertura de chocolate:
  1. Ponemos la gelatina en remojo, en agua fría.
  2. Colocamos en un cazo la nata, el azúcar, el agua y el cacao en polvo.
  3. Hervimos un minuto aproximadamente, removiendo con unas varillas.
  4. Quitamos del fuego el cazo y añadimos la gelatina, bien escurrida. Mezclamos bien.
  5. Reservaremos en la nevera toda la noche.
  6. Al día siguiente, lo calentamos al baño María o en el microondas. No debemos sobrepasar los 40ºC.
  7. Lo utilizamos inmediatamente, sacaremos la tarta del frigo y la cubrimos con la cobertura de chocolate. Y de nuevo al frigorífico.

Montaje de la tarta                                      

1º. Cogemos la fuente, plato o bandeja donde vayamos a servir la tarta y empezaremos a montar la tarta.

2º. Cortaremos la plancha de bizcocho a la medida del aro de montaje. Debe quedar ajustado.

3º. A continuación, bañaremos, a nuestro gusto, el bizcocho con el almíbar. Cuanto más mojado, más jugoso estará.

4. La siguiente capa que colocaremos será la ganache de chocolate, que estará ya montada y reposando en el frigorífico. La extendemos e intentamos que la parte superior quede lo más lisa y uniforme posible. (Os aconsejo tener hasta este paso terminado, antes de hacer la mousse).

5. Seguidamente, incorporamos la mousse de naranja. Alisando, de nuevo, la parte superior de la capa.

6. Ahora dejaremos reposar la tarta, como mínimo, 4 horas en el frigorífico. Aunque lo mejor es dejarla toda la noche en el frigorífico.

7. Al día siguiente, calentamos la cobertura de chocolate. Sacamos la tarta y la cubrimos con el chocolate caliente.

8. Volvemos a meterla de nuevo al frigorífico para que la cobertura endurezca, unas 2 horas como mínimo.



Una vez haya pasado el tiempo necesario para que la cobertura haya cuajado, procederemos a desmoldar la tarta. Es un operación sencilla y para que todo salga bien, seguiremos los siguientes pasos:
  • Cogeremos dos trapos de cocina. Los humedecemos bien y los introducimos en el microondas para calentarlos, un minuto o minuto y medio.
  • ¡Cuidado al sacarlos que queman!.
  • Los colocamos alrededor del aro, que lo toquen. Esto favorece que la zona de la tarta en contacto con el aro se reblandezca, debido al calor que desprenden los paños de cocina y favorecerá su posterior desmoldado.
  • Dejaremos los paños, alrededor del aro, un par de minutos aproximadamente.
  • Seguidamente con mucho cuidado, con la punta de un cuchillo, vamos a repasar el contorno de la tarta, sólo la capa superior, la de la cobertura de chocolate para que quede separada del aro.
  • Ahora, muy despacio, iremos retirando el aro de montaje; bien abriéndolo o desplazándolo hacia arriba.
  • Si quedan algunas irregularidades en el contorno de la tarta, cosa muy frecuente, con una espátula pequeña, iremos alisándolas.
  • Y, por fín, ya hemos terminado de montar y desmoldar nuestra tarta. Lo último que nos queda es la decoración final. Decoradla a vuestro gusto y ¡a comer!.

Para finalizar os voy a dar algunas sugerencias para elaborar la tarta más cómodamente:

Dos días antes, preparad el almíbar y lo dejáis en el frigorífico; así una cosa lista para usar.

Al día siguiente, elaboramos y montamos la tarta, a falta de incorporar el chocolate de cobertura, aunque lo dejaremos hecho y reservado en la nevera. La cobertura de chocolate la incorporaremos bien por la noche, en el caso de que la tarta la hayamos montado por la mañana o bien a la mañana siguiente si la hemos montado por la noche.

El último día, desmoldaremos la tarta, cuando el chocolate de cobertura haya cuajado y decoraremos a nuestro gusto.

¡Buen provecho! y a disfrutarla.

Espero que os haya gustado, me despido de vosotros y hasta pronto.

viernes, 2 de mayo de 2014

Bizcochitos en almíbar con dulce de leche. ¡Irresistible!.

¡Muy buenas a todos!

Hoy vengo con una sencilla receta, pero no por ello menos deliciosa. Es una receta dedicada a los más golosos. Estos bizcochitos enrollados y calados, hasta emborracharlos con un suave almíbar, se deshacen en la boca y son una pequeña delicia.


















Lo digo con conocimiento de causa porque estos bizcochos pasaron un test muy exigente, el de los más golosos de mi familia y la decisión final fue .... ¡que había hecho pocooooooos!. En resumen, les gustaron mucho a todos.

Es un bocado perfecto para tomar después de una comida abundante. Y seguro que a más de uno, le será muy difícil tomar un bizcochito solamente y repetirá y repetirá; así que, un consejo: ¡haced bastantes!.



Este pequeño dulce está formado por un bizcocho genovés, enrollado y bañado en almíbar. Relleno con dulce de leche y para terminar, un poquito de azúcar tostado por encima. Sencillo y riquísimo. Así que vamos a empezar con la receta:

BIZCOCHITOS BAÑADOS EN ALMÍBAR CON DULCE DE LECHE

Cantidad: 16 unidades aproximadamente (unos 2 cm. de grosor cada uno)
Tiempo de preparación: 1 hora aproximadamente (sin contar el tiempo de enfriado del bizcocho)
Utensilios: placa rectangular para horno, cápsulas de papel, un soplete de cocina para tostar el azúcar (opcional), un bol grande resistente al calor.

Ingredientes:                                     

Para el bizcocho:
  • 4 huevos grandes
  • 120 g de azúcar
  • 120 g de harina de repostería
  • 1 cucharadita de azúcar avainillado
  • una pizca de sal
Para el almíbar:
  • 500 g de agua
  • 500 g de azúcar
  • 50 g de licor (anís dulce he usado yo)
Para el relleno:
  • un bote de dulce de leche (casero o comprado, como más os guste)
y por último, un poco de azúcar para espolvorear por encima.


Preparación:                                        

El bizcocho:
  1. Primero, cogemos una bandeja de horno, rectangular, donde vamos a hornear el bizcocho. Normalmente uso una de las llandas del horno. Colocamos papel de hornear y lo engrasamos. Lo dejamos reservado.
  2. Pesamos y tamizamos la harina, junto con la sal. Reservamos.
  3. Cogemos un bol grande y mezclamos los huevos, el azúcar y el azúcar avainillado.
  4. Precalentamos el horno a 180ºC, calor arriba y abajo.
  5. A continuación, colocamos un cazo con agua en el fuego y encima ponemos el bol, con la mezcla de huevos y azúcar. Atención, es importante que el agua no toque el fondo del bol y sólo con el vapor vaya calentándose la mezcla. Nunca se deben sobrepasar los 37º, para evitar que los huevos se nos puedan cuajar; por eso es importante que sólo el vapor toque el bol.
  6. Comenzamos a batir los huevos a velocidad rápida, por lo menos, 4 o 5 minutos. Sin parar, para que la mezcla aumente su volumen. 
  7. Pasados estos minutos, retiramos el bol del cazo. Y ahora sin calor, seguimos batiendo otros 5 o 6 minutos. Este proceso es muy importante para que los huevos adquieran una consistencia firme y al añadirle la harina no se hunda la mezcla.
  8. Cuando veamos que la mezcla tiene un aspecto de una crema densa, incorporamos la harina en dos veces, batiendo a velocidad baja, 3 o 4 segundos, lo justo para mezclar un poco la harina. Y terminamos de mezclar con una espátula de goma, haciendo movimientos envolventes.
  9. Ahora, echamos la masa sobre la bandeja del horno que tenemos preparada y con ayuda de una espátula, la extendemos, cubriendo toda la superficie y procurando que quede lo más uniforme posible.
  10. Colocamos la bandeja en el horno, a media altura y horneamos entre 10-15 minutos. Aunque como sabéis, siempre dependerá de nuestro horno. Un consejo, este bizcocho se hace enseguida así que no le quitéis el ojo.
  11. Mientras se está horneando, vamos a preparar un trapo de cocina fino que luego nos servirá para enrollar el bizcocho. Lo colocamos bien estirado, sobre una superficie de trabajo y lo espolvoreamos con azúcar glas. 
  12. Una vez veáis doradito el bizcocho, lo sacáis y si tenéis dudas, pues pinchadlo con un palillo; si sale limpio ya está listo.

Hasta este momento, tenemos listo nuestro bizcocho. Ahora vamos a ver cómo enrollarlo para que no se nos rompa y sea luego más fácil trabajar con él. Seguimos:
  1. Esta parte es un pelín delicada pero es más fácil de lo que parece. Hay que coger la plancha de bizcocho, darle la vuelta y colocarla boca abajo sobre el paño que tenemos preparado con el azúcar glas. Con cuidado de que no se nos rompa.
  2. Cuando tengamos nuestro bizcocho sobre el paño, con el papel de hornear en la parte superior, lo vamos retirando poco a poco, sin brusquedad. Normalmente, se retira sin problemas. Si algún borde queda un poco pegado, con el filo de un cuchillo lo despegamos.
  3. Y por último, con ayuda del paño, lo vamos enrollando todo. Apretando un poquito, pero sin estrujar que lo rompemos, sólo para que quede bien formado.
  4. Ahora, debemos dejar enfriar el bizcocho, enrollado dentro del paño, para que coja la forma; antes de seguir trabajando. Lo ideal es hacer el bizcocho la noche antes, envolverlo todo con film transparente y dejarlo reposar. Si no, tampoco tarda mucho en enfriar.

A continuación, vamos a preparar el almíbar.

El almíbar:
  1. Ponemos todos los ingredientes en un cazo, el agua, el azúcar y el licor. Sin parar de remover, lo llevamos a ebullición, dándole un fuerte hervor.
  2. Seguidamente, lo retiramos del fuego, lo tapamos con una tapadera y lo dejamos enfriar por completo para poder utilizarlo. Por lo que es necesario hacerlo el día antes.














El montaje:
  1. El siguiente paso, una vez frío el bizcocho, es cogerlo y desenrrollarlo con cuidado.
  2. A continuación, con el almíbar y con ayuda de una brocha, mojamos todo la superficie del bizcocho. Debe quedar húmedo, pero sin pasarnos, ya que si queda muy mojado, al enrollarlo nuevamente podría romperse. Además, luego volveremos a darle otro baño de almíbar.
  3. Ahora, es el momento de rellenarlo. Cogemos el dulce de leche y con una espátula extendemos una capa, por toda la cara superior del bizcocho.
  4. Una vez hayamos extendido el relleno, volvemos a enrollar el bizcocho, esta vez sin el paño, intentando darle una bonita forma.
  5. Ahora, con ayuda de un cuchillo de sierra grande, lo cortamos en porciones, más o menos iguales.
  6. Seguidamente, le vamos a dar un último baño de almíbar. Para ello cogemos un cuenco hondo, lo llenamos con el líquido, tomamos una porción y la sumergimos en el almíbar, le damos la vuelta y la sacamos. Es conveniente dejarlos reposar unos minutos sobre unas rejillas, para recoger el exceso de almíbar.
  7. Por último, ponemos un pequeño montoncito de azúcar sobre cada uno y con la ayuda del soplete la caramelizamos.
  8. Los colocamos sobre las cápsulas de papel, refrigeramos un poquito, ahora que ya viene el calor y ¡listos!. A disfrutarlos.



Notas:

Una cosa a tener en cuenta, este tipo de bizcocho, al hornearlo, forma una finísima capa que dificulta un poquito la absorción del almíbar. Un consejo para retirar esta capa, aunque opcional ya que puede hacerse la receta perfectamente con ella, es que espolvoreéis sólo un poquito de azúcar glas sobre el paño de cocina que usaréis para enrollarlo. Ésto hace que el paño quede pegado al bizcocho mientras se enfría y después, al desenrollarlo, parte esta capa que queremos quitar, se retira muy fácil. Si de cualquier modo, quedara algo de esta capa todavía en el bizcocho, con ayuda de las manos, muy suavemente, la retiráis.

En relación al almíbar, a modo de orientación, os diré que la cantidad que utilicé fueron aproximadamente 3/4 de la preparación. Teniendo en cuenta que la mayor parte del almíbar la usé en el segundo baño de los bizcochitos.

En el caso de que no tengáis soplete de cocina, otra alternativa para terminar los bizcochos, puede ser espolvoreárlos con azúcar glas por encima. Ésto ya os lo dejo a vuestra elección.

Por último, el dulce de leche que yo he empleado no era casero, pero hay marcas de dulce de leche en el mercado que están muy ricas y facilitan mucho el trabajo. Pero, no obstante, el dulce de leche hecho en casa es espectacular y también muy fácil de hacer. Sólo hay que tener en cuenta que debemos prepararlo el día antes porque es necesario que haya enfriado para poder utilizarlo.


Por si alguien quiere saber cómo hacer dulce de leche casero, os diré que sólo necesitáis un bote de leche condensada y una olla exprés. Os dejo un enlace con un vídeo del Canal Cocina que lo explican estupendamente:


Bien, pues con este vídeo me despido de vosotros, hasta la próxima receta. Espero que os haya gustado y si os animáis a hacerla, seguro que os va a encantar por su sencillez y sobretodo por lo ¡¡¡riiiiicoooosss!!! que están estos pequeños dulces.

Un saludo y un fuerte abrazo. ¡Hasta pronto!.