viernes, 2 de mayo de 2014

Bizcochitos en almíbar con dulce de leche. ¡Irresistible!.

¡Muy buenas a todos!

Hoy vengo con una sencilla receta, pero no por ello menos deliciosa. Es una receta dedicada a los más golosos. Estos bizcochitos enrollados y calados, hasta emborracharlos con un suave almíbar, se deshacen en la boca y son una pequeña delicia.


















Lo digo con conocimiento de causa porque estos bizcochos pasaron un test muy exigente, el de los más golosos de mi familia y la decisión final fue .... ¡que había hecho pocooooooos!. En resumen, les gustaron mucho a todos.

Es un bocado perfecto para tomar después de una comida abundante. Y seguro que a más de uno, le será muy difícil tomar un bizcochito solamente y repetirá y repetirá; así que, un consejo: ¡haced bastantes!.



Este pequeño dulce está formado por un bizcocho genovés, enrollado y bañado en almíbar. Relleno con dulce de leche y para terminar, un poquito de azúcar tostado por encima. Sencillo y riquísimo. Así que vamos a empezar con la receta:

BIZCOCHITOS BAÑADOS EN ALMÍBAR CON DULCE DE LECHE

Cantidad: 16 unidades aproximadamente (unos 2 cm. de grosor cada uno)
Tiempo de preparación: 1 hora aproximadamente (sin contar el tiempo de enfriado del bizcocho)
Utensilios: placa rectangular para horno, cápsulas de papel, un soplete de cocina para tostar el azúcar (opcional), un bol grande resistente al calor.

Ingredientes:                                     

Para el bizcocho:
  • 4 huevos grandes
  • 120 g de azúcar
  • 120 g de harina de repostería
  • 1 cucharadita de azúcar avainillado
  • una pizca de sal
Para el almíbar:
  • 500 g de agua
  • 500 g de azúcar
  • 50 g de licor (anís dulce he usado yo)
Para el relleno:
  • un bote de dulce de leche (casero o comprado, como más os guste)
y por último, un poco de azúcar para espolvorear por encima.


Preparación:                                        

El bizcocho:
  1. Primero, cogemos una bandeja de horno, rectangular, donde vamos a hornear el bizcocho. Normalmente uso una de las llandas del horno. Colocamos papel de hornear y lo engrasamos. Lo dejamos reservado.
  2. Pesamos y tamizamos la harina, junto con la sal. Reservamos.
  3. Cogemos un bol grande y mezclamos los huevos, el azúcar y el azúcar avainillado.
  4. Precalentamos el horno a 180ºC, calor arriba y abajo.
  5. A continuación, colocamos un cazo con agua en el fuego y encima ponemos el bol, con la mezcla de huevos y azúcar. Atención, es importante que el agua no toque el fondo del bol y sólo con el vapor vaya calentándose la mezcla. Nunca se deben sobrepasar los 37º, para evitar que los huevos se nos puedan cuajar; por eso es importante que sólo el vapor toque el bol.
  6. Comenzamos a batir los huevos a velocidad rápida, por lo menos, 4 o 5 minutos. Sin parar, para que la mezcla aumente su volumen. 
  7. Pasados estos minutos, retiramos el bol del cazo. Y ahora sin calor, seguimos batiendo otros 5 o 6 minutos. Este proceso es muy importante para que los huevos adquieran una consistencia firme y al añadirle la harina no se hunda la mezcla.
  8. Cuando veamos que la mezcla tiene un aspecto de una crema densa, incorporamos la harina en dos veces, batiendo a velocidad baja, 3 o 4 segundos, lo justo para mezclar un poco la harina. Y terminamos de mezclar con una espátula de goma, haciendo movimientos envolventes.
  9. Ahora, echamos la masa sobre la bandeja del horno que tenemos preparada y con ayuda de una espátula, la extendemos, cubriendo toda la superficie y procurando que quede lo más uniforme posible.
  10. Colocamos la bandeja en el horno, a media altura y horneamos entre 10-15 minutos. Aunque como sabéis, siempre dependerá de nuestro horno. Un consejo, este bizcocho se hace enseguida así que no le quitéis el ojo.
  11. Mientras se está horneando, vamos a preparar un trapo de cocina fino que luego nos servirá para enrollar el bizcocho. Lo colocamos bien estirado, sobre una superficie de trabajo y lo espolvoreamos con azúcar glas. 
  12. Una vez veáis doradito el bizcocho, lo sacáis y si tenéis dudas, pues pinchadlo con un palillo; si sale limpio ya está listo.

Hasta este momento, tenemos listo nuestro bizcocho. Ahora vamos a ver cómo enrollarlo para que no se nos rompa y sea luego más fácil trabajar con él. Seguimos:
  1. Esta parte es un pelín delicada pero es más fácil de lo que parece. Hay que coger la plancha de bizcocho, darle la vuelta y colocarla boca abajo sobre el paño que tenemos preparado con el azúcar glas. Con cuidado de que no se nos rompa.
  2. Cuando tengamos nuestro bizcocho sobre el paño, con el papel de hornear en la parte superior, lo vamos retirando poco a poco, sin brusquedad. Normalmente, se retira sin problemas. Si algún borde queda un poco pegado, con el filo de un cuchillo lo despegamos.
  3. Y por último, con ayuda del paño, lo vamos enrollando todo. Apretando un poquito, pero sin estrujar que lo rompemos, sólo para que quede bien formado.
  4. Ahora, debemos dejar enfriar el bizcocho, enrollado dentro del paño, para que coja la forma; antes de seguir trabajando. Lo ideal es hacer el bizcocho la noche antes, envolverlo todo con film transparente y dejarlo reposar. Si no, tampoco tarda mucho en enfriar.

A continuación, vamos a preparar el almíbar.

El almíbar:
  1. Ponemos todos los ingredientes en un cazo, el agua, el azúcar y el licor. Sin parar de remover, lo llevamos a ebullición, dándole un fuerte hervor.
  2. Seguidamente, lo retiramos del fuego, lo tapamos con una tapadera y lo dejamos enfriar por completo para poder utilizarlo. Por lo que es necesario hacerlo el día antes.














El montaje:
  1. El siguiente paso, una vez frío el bizcocho, es cogerlo y desenrrollarlo con cuidado.
  2. A continuación, con el almíbar y con ayuda de una brocha, mojamos todo la superficie del bizcocho. Debe quedar húmedo, pero sin pasarnos, ya que si queda muy mojado, al enrollarlo nuevamente podría romperse. Además, luego volveremos a darle otro baño de almíbar.
  3. Ahora, es el momento de rellenarlo. Cogemos el dulce de leche y con una espátula extendemos una capa, por toda la cara superior del bizcocho.
  4. Una vez hayamos extendido el relleno, volvemos a enrollar el bizcocho, esta vez sin el paño, intentando darle una bonita forma.
  5. Ahora, con ayuda de un cuchillo de sierra grande, lo cortamos en porciones, más o menos iguales.
  6. Seguidamente, le vamos a dar un último baño de almíbar. Para ello cogemos un cuenco hondo, lo llenamos con el líquido, tomamos una porción y la sumergimos en el almíbar, le damos la vuelta y la sacamos. Es conveniente dejarlos reposar unos minutos sobre unas rejillas, para recoger el exceso de almíbar.
  7. Por último, ponemos un pequeño montoncito de azúcar sobre cada uno y con la ayuda del soplete la caramelizamos.
  8. Los colocamos sobre las cápsulas de papel, refrigeramos un poquito, ahora que ya viene el calor y ¡listos!. A disfrutarlos.



Notas:

Una cosa a tener en cuenta, este tipo de bizcocho, al hornearlo, forma una finísima capa que dificulta un poquito la absorción del almíbar. Un consejo para retirar esta capa, aunque opcional ya que puede hacerse la receta perfectamente con ella, es que espolvoreéis sólo un poquito de azúcar glas sobre el paño de cocina que usaréis para enrollarlo. Ésto hace que el paño quede pegado al bizcocho mientras se enfría y después, al desenrollarlo, parte esta capa que queremos quitar, se retira muy fácil. Si de cualquier modo, quedara algo de esta capa todavía en el bizcocho, con ayuda de las manos, muy suavemente, la retiráis.

En relación al almíbar, a modo de orientación, os diré que la cantidad que utilicé fueron aproximadamente 3/4 de la preparación. Teniendo en cuenta que la mayor parte del almíbar la usé en el segundo baño de los bizcochitos.

En el caso de que no tengáis soplete de cocina, otra alternativa para terminar los bizcochos, puede ser espolvoreárlos con azúcar glas por encima. Ésto ya os lo dejo a vuestra elección.

Por último, el dulce de leche que yo he empleado no era casero, pero hay marcas de dulce de leche en el mercado que están muy ricas y facilitan mucho el trabajo. Pero, no obstante, el dulce de leche hecho en casa es espectacular y también muy fácil de hacer. Sólo hay que tener en cuenta que debemos prepararlo el día antes porque es necesario que haya enfriado para poder utilizarlo.


Por si alguien quiere saber cómo hacer dulce de leche casero, os diré que sólo necesitáis un bote de leche condensada y una olla exprés. Os dejo un enlace con un vídeo del Canal Cocina que lo explican estupendamente:


Bien, pues con este vídeo me despido de vosotros, hasta la próxima receta. Espero que os haya gustado y si os animáis a hacerla, seguro que os va a encantar por su sencillez y sobretodo por lo ¡¡¡riiiiicoooosss!!! que están estos pequeños dulces.

Un saludo y un fuerte abrazo. ¡Hasta pronto!.

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