viernes, 31 de octubre de 2014

Tarta fondant ¡¡¡Princesita de Halloween!!!.

¡Hola!

Hoy, con motivo del cumpleaños de mi pequeña vecina Claudia y de Halloween, he preparado una tarta especial para celebrar su fiesta de cumpleños, que la he titulado: La princesita de Halloween. A continuación, os la presento con mucha emoción...



Al final, para los que tenemos niños pequeños, Halloween se está convirtiendo en una nueva tradición. Impuesta sí, pero desde hace varios años, cada 31 de Octubre por la noche, pasa por casa un desfile de niños y niñas disfrazados, a por sus caramelos. Sin contar que, además, mis hijos están deseando disfrazarse varios días antes de que llegue.


Por lo que decidí hace un par de años, no resistirme y si los niños lo pasan bien, pues bienvenido sea, ¡qué remedio!. Como dice el refrán: "si no puedes vencerlos, únete a ellos..", aunque hay que reconocer que algunos grandes también lo pasan bien, jajaja.


Así que esta tarde disfrutaremos de un cumpleaños muy de Halloween y "princesil", por supuesto, que lo cortés no quita lo valiente, ¡a gusto de la cumpleañera!, como debe ser, jiji.

Por cierto, este mediodía le hemos regalado su tarta, que no se esperaba y le ha encantado. Ha puesto una carita de emoción, que nada más que por eso, merece la pena el trabajo que lleva la tarta.

















Pues, con estas fotillos y mi reflexión acerca de Halloween, me despido de vosotros. Me voy a preparar los disfraces para los peques. ¡Ah! y los caramelos ¡qué no nos falten!.

Un saludo y hasta pronto.

¡¡¡Feliz Halloween!!!.




martes, 21 de octubre de 2014

Tarta de limón y merengue.

Hola, hola, ¿preparados para una nueva tarta?...

Espero que sí. Esta semana os traigo una receta muy rica, todo un clásico: la tarta de limón y merengue, absolutamente deliciosa.
















Este postre es uno de mis favoritos y cada vez que lo he preparado ha sido todo un éxito. La clave de este éxito es la combinación de la base crujiente, la suavidad de la crema de limón y la untuosidad del merengue tostado, que hacen que esta tarta sea una absoluta delicia.

Por otro lado, este pastel es muy popular en Inglaterra y Estados Unidos, donde se le conoce con el nombre de "Lemon and meringue pie". Aunque su origen no está claro, lo cierto es, que hoy en día es un postre internacionalmente muy conocido y del que se han hecho multitud de versiones.















Centrándonos en esta receta, comentaros que he introducido algún cambio respecto de la receta original. Después de probar varias recetas de la crema de limón, incluyendo el típico lemon curd, con la que se elabora tradicionalmente este postre, he decidido, finalmente, utilizar una crema pastelera de limón; más suave y para mí, deliciosa, con el punto justo de acidez. Tenéis que probar a hacerla; seguro que os encanta.

Por último y para terminar la tarta, he espolvoreado por encima del merengue, un poco de azúcar moreno, que luego he tostado con el soplete. De este modo, han quedado pequeñas partes caramelizadas de azúcar que hacen que cada bocado sea un autentico placer.

Así que, sigamos y veamos la receta:

TARTA DE LIMÓN Y MERENGUE

Cantidad: 8-10 personas.
Utensilios: Molde redondo de 24 cm de diámetro, bol grande resistente al calor, una batidora eléctrica de varillas para montar el merengue y opcional: un soplete de cocina.

Ingredientes:                                                 

Para la masa sablé:
  • 300 g de harina de repostería
  • 150 g de mantequilla fría en trozos pequeños
  • 1 pellizco de sal
  • 70 g de azúcar glas
  • 2 yemas de huevo (reservamos las claras para el merengue)
  • 25 g de leche fría
  • 1 cucharadita de  levadura química

Para la crema de limón:
  • 100 g de azúcar
  • 350 g de agua
  • 70 g de zumo de limón
  • 1 huevo + 3 yemas (reservamos las claras para el merengue)
  • 25 g harina de repostería
  • 25 g maicena
  • la ralladura de 1 limón

Para el merengue suizo:
  • 5 claras de huevo
  • azúcar: necesitamos el doble peso de azúcar que de claras
  • 1 pellizco de sal
  • 3 o 4 gotas de limón

 Preparación:                                                  

La base de la tarta, masa sablé:
  1. Cogemos un bol y mezclamos la harina, el azúcar, la sal y la levadura. A continuación, añadimos los trocitos de mantequilla y mezclamos hasta que la mantequilla quede bien integrada, parecerán como migas de pan. Que no os de miedo hacerlo con las manos, es más fácil y rápido.
  2. Seguidamente, incorporaremos la leche y las yemas batidas. Mezclamos hasta que la masa comience a cohesionarse y tenga un aspecto uniforme. Apretamos suavemente y hacemos una bola lisa. Esta masa no debe trabajarse mucho. 
  3. La cubrimos con film transparente y la dejamos reposar 15 minutos en el frigorífico. La sacamos y la extendemos con ayuda de un rodillo, sobre una superficie ligeramente enharinada. A continuación, cubrimos nuestro molde. Presionamos bien las paredes de éste y cortamos la masa que sobre. 
  4. Reservamos en el frigorífico otros 15 minutos y mientras precalentamos el horno a 180ºC. 
  5. Sacamos nuestro molde, lo pinchamos con el tenedor, colocamos papel de horno encima y rellenamos con algún tipo de legumbre seca, garbanzos o habichuelas, lo que tengamos a mano. Con esta forma de horneado evitamos que la base de la tarta suba o se hinche en algunas zonas, quedando todo el fondo plano y regular. 
  6. Horneamos con ventilador y a media altura, unos 15 minutos aproximadamente y cuando los bordes los veamos que ya han cogido color, quitamos el papel con las legumbres y dejamos otros 5 o 10 minutos que termine de cocerse. Cuando este doradita, ya estará lista.
  7. La sacamos del horno, la dejamos enfriar dentro del molde. Por último, desmoldamos, con cuidado para que no se quiebre. Si la queremos hacer de un día para otro, la dejamos en el mismo molde, la cubrimos con papel film y la dejamos en el frigorífico hasta el día siguiente.















Notas:
La base para la tarta también puede elaborarse con una masa quebrada, si os gusta más. La receta de esta masa la encontraréis en la sección de Recetas Básicas del blog. 

La crema de limón:
  1. En un bol batimos el huevo y las yemas, añadimos el azúcar y seguimos batiendo hasta que blanqueen un poco. A continuación, añadimos la harina y la maicena, mezclamos,
  2. Seguidamente colocamos en un cazo el reto de ingredientes: el agua, el zumo de limón y la ralladura de limón. Añadiremos la mezcla de huevo y azúcar y sin parar de mover, a fuego lento, poco a poco irá espesando. 
  3. Una vez haya espesado, retiramos del fuego, la reservamos en un cuenco bien tapada con film transparente, hasta que temple. 
Notas:
Si no la utilizamos el mismo día, la guardaremos en el frigorífico, hasta el día siguiente. En ese caso, será necesario que antes la movamos con unas varillas porque al sacarla del frío estará un poco apelmazada. Enseguida veremos que se suelta y se puede extender con facilidad.
Si os gusta la crema más ácida, la próxima vez que la preparéis le añadís un poco más zumo de limón. Eso dependerá del gusto de cada uno. A mi me parece perfecta tal y como está. 
Si por el contrario, la probáis y os parece que está un poco ácida, tened en cuenta que sobre ella lleva un montón de merengue dulce, dulce y ese puntillo ácido le da mucha chispa a la tarta.



El merengue suizo:

1. Primero, vamos a poner las claras en un bol resistente al calor para hacer un baño María. Acordaos de pesar las claras para saber cuánta azúcar necesitamos. Añadimos, a continuación, el azúcar, una pizca de sal y unas gotas de limón. Hay que procurar que el agua del baño María no toque el bol, para que la temperatura no aumente mucho; ya que no se deben sobrepasar los 60ºC, si no queremos que se nos cuajen las claras.


2. Con ayuda de unas varillas, iremos moviendo el azúcar hasta que se disuelva por completo. Un truco para saber cuando retirar las claras del baño María es tocar un poquito con los dedos y si no notamos el azúcar, ya podemos apartar la mezcla del fuego y empezar a montar el merengue.


3. Por último, pasamos la mezcla al bol de la batidora (éste debe ser lo suficientemente grande porque las claras aumentarán bastante de volumen) y comenzamos a batir a velocidad alta. Seguiremos batiendo hasta que al tocar el bol no lo notemos caliente, el merengue debe quedar a temperatura ambiente. En ese momento ya lo tenemos listo para usar.

Notas:
En este caso, para elaborar el merengue suizo, las claras no hace falta que estén a temperatura ambiente por que las vamos a calentar.
Además, las claras no deben contener restos de yema de huevo, ni las varillas o el bol donde las montemos restos de grasa o similar porque si no las claras no montarán.
El merengue una vez montado, debe tener suficiente consistencia como para que al poner el bol boca a bajo, aguante y no caiga. Esto es una prueba muy eficaz para comprobar si nuestro merengue está perfectamente montado, como si fuese espuma de afeitar.
Y sí, sí, el merengue tarda un buen rato en montar, por lo que os aconsejo que en el caso de que la batidora sea manual, si es posible, haya alguien más para haceros un relevo durante este proceso. Que aunque largo, no es difícil, sino lento.

Montaje de la tarta:

El montaje de la tarta es muy sencillo, seguiremos los siguientes pasos:

1. Colocamos la base de la tarta, con cuidado al manipularla que no se nos rompa, sobre la fuente de presentación.

2. Rellenamos y extendemos muy bien la crema de limón sobre la base. Acordaos de que si la crema la tenemos refrigerada, tendremos que removerla para que adquiera la consistencia adecuada.

3. Seguidamente, extendemos el merengue, bien con ayuda de la manga pastelera o con una cuchara grande si queremos obtener un acabado más rústico, como se puede apreciar en las fotografías.


4. Y para terminar, espolvoreamos con azúcar moreno y con ayuda del soplete de cocina, doramos el merengue y caramelizamos el azúcar. Listo. ¡Ah!, y guardad la tarta en el frigorífico que fresquita está mucho mejor.

Notas:                                                                   
A la hora de organizaros con la elaboración, como consejo os digo que tanto la base como la crema de limón las podéis hacer perfectamente el día antes. Conservándolas en el frigorífico, bien tapadas. La base incluso en el mismo molde de horneado, tapada con film transparente, sin problemas.
Al día siguiente, sólo tendréis que montar el merengue y terminar la tarta. ¡Fácil y rápido!.



























Pues nada más, hasta aquí la receta de hoy, espero os haya gustado.

Si decidís hacerla, os aseguro que os va a encantar y formará parte de vuestro repertorio de tartas, por lo sencilla y lo riquísima que está.

Sin más, me despido y hasta la siguiente receta ... un DULCE saludo para todos!!!!!!!.




miércoles, 15 de octubre de 2014

Brownies de tres chocolates. ¡Superchocolateados!.

¡Muy buenas de nuevo!, después de un larguísimo verano con muuuucho calor, por fin ha empezado a refrescar por estos lares y eso significa... ¡que ya pongo en marcha mi horno! y damos comienzo a la temporada de bizcochos, tartas y demás líos dulces.

Así que vamos a comenzar con unos brownies de tres chocolates. Una receta muy sencilla y muy fácil de hacer.


En esta receta se sustituyen las nueces tan características de los brownies por trocitos de chocolate blanco y chocolate con leche. Son muy ricos y seguro que los amantes de este tipo de pastelillos disfrutarán de esta combinación.


Bien, pues entonces veamos la recta.

BROWNIES DE TRES CHOCOLATES

Cantidad: 12-14 porciones aproximadamente
Utensilios: Bol resistente al calor, batidora eléctrica de varillas, molde cuadrado o rectangular pequeño (18 x 24 cm)
Tiempo de preparación: 30 minutos
Tiempo de cocción: 20-25 minutos

Ingredientes:                                     

  • 150 g de chocolate negro al 70% de cacao
  • 100 g de mantequilla
  • 3 huevos a temperatura ambiente
  • 150 g de azúcar moreno
  • 50 g de harina de repostería
  • 15 g de cacao puro en polvo
  • 1 cucharadita de levadura química
  • 50 g de chocolate blanco
  • 50 g de choclate con leche
  • Opcional: 2 claras de huevo

Preparación:                                     

1. Primero, preparamos nuestro molde, engrasándolo. A continuación, en un bol resistente al calor colocamos el chocolate negro y la mantequilla y los ponemos al baño María, para que vayan derritiéndose. Iremos moviéndolos de vez en cuando, hasta obtener una crema lisa y brillante. Entonces, retiramos del fuego y dejamos templar.



2. Mientras tanto, cortamos en daditos el chocolate blanco y el chocolate con leche. Los reservaremos en el frigorífico.


3. A continuación, en la batidora de varillas batimos el azúcar moreno y los huevos (si queremos añadir las dos claras las echamos junto con los huevos). Debemos batir como mínimo 5 minutos a velocidad alta para conseguir una mezcla muy esponjosa. Precalentamos nuestro horno a 180ºC.


4. Seguidamente, incorporamos a la mezcla de huevos y azúcar, el chocolate fundido y mezclamos de nuevo a media velocidad.

5. Tamizaremos la harina en un bol y la mezclamos junto con el cacao en polvo, la pizca de sal y la cucharadita de levadura.

6. Con una espátula, iremos incorporando la mezcla de harina, cacao y levadura, al batido de huevos, con movimientos lentos y envolventes.

7. Por último, añadiremos los trocitos de chocolate que teníamos reservados en el frigorífico.


8. Volcamos la masa en nuestro molde y horneamos unos 15-20 minutos o hasta que al pinchar el brownie, el palillo salga limpio.

9. Desmoldamos pasados unos 10 minutos, dejamos que enfríe sobre unas rejillas y lo cortamos en cuadritos. Si se quiere, se pueden espolvorear con azúcar glas. Y, por fin, listo.

Notas:
El añadir las dos claras es porque aportan más esponjosidad al brownie, a pesar de todo, la receta sale igual de bien si no las utilizamos. De hecho, los brownies de las fotos, los hice sin añadir las dos claras.






Espero que os haya gustado la receta, haber si la probáis y me contáis.

Con estas fotos me despido de vosotros... ¡¡¡hasta pronto!!!.